Información nº138

Fallecimiento de Miguel Ángel Medina,

de nuestra comunidad «Virgen de las Escuelas Pías», de la Residencia Betania

Se nos ha marchado Miguel Ángel. Hoy domingo 20 de diciembre, en las puertas de esta Navidad tan especial, después de unos días de hospitalización. Damos gracias a Dios por su vida, por cada uno de sus años, por la ternura y el cariño que ha puesto en sus relaciones. También por los momentos más oscuros o no tan tiernos en los que le hemos podido acompañar sus pensamientos y preocupaciones.  Y por todos y todas las que le habéis cuidado, mimado, desde su comunidad y desde la Residencia Betania.

Miguel Ángel nació en Zaragoza el 16 de  septiembre de 1932. Y fue ordenado sacerdote el 26 de marzo de 1955.  A sus 88 años, había cumplido los 65 de sacerdote ya en esta pandemia tan rara. No nos dio tiempo a celebrarlo como le hubiera gustado. ( habíamos hablado de una celebración en la Iglesia de Escuelas Pías que tanto quiso y cuidó… y que con sonrisa indulgente y pícara aceptaba que, “ desde que te fuiste nunca hemos sabido mantenerla ordenada…”) Tampoco a volver a Durango, a casa de tus hermanas, Tere y Carmen, ni a conocer al bebé de Sonia. Ni a Madrid a saludar a tu querida cuñada Elena y tu hermano Javier. Ni a tantos amigos y amigas que desde tantos rincones de Zaragoza, – la libreta de teléfonos está repleta – y también de muchos otros lugares, Valencia,  y sobre todo de Puerto Rico, donde disfrutaste de la vida parroquial, de tus ahijadas de aquellas áreas… Pero ellas te recordarán siempre con cariño. Y guardarán tus fotos, como tu has guardado las suyas, junto al retrato de tus padres. Y rezarán por ti, contigo.

Queremos que seas el único religioso de Emaús fallecido por este virus, aunque nunca tendremos claro si ha sido la causa o ha acelerado otra enfermedad que ya acarreabas. Descansa en paz Miguel Ángel. Junto con todos tus seres queridos, con nuestros hermanos que ya llegaron a la meta, junto al Señor de la ternura y el descanso. “Venid a mi los que estéis cansados…”

Dadas las circunstancias, el entierro será en la intimidad, os representaremos a todos, y más delante, cuándo sea posible, celebraremos el funeral en su memoria. Hoy os pedimos que le tengáis presente en las celebraciones y oraciones de cada comunidad.

Descanse en Paz.

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