Información nº137

Adviento en Granada, en tiempos de COVID.

Este año el Adviento me ha traído a Granada.

Por varios motivos:

Uno de ellos, recibir a Pablo Arrabal, que llega a Emaús después de bastantes años en Bolivia, casi veinte, en diferentes etapas. Formará parte de la comunidad de Montequinto, Sevilla, a partir de enero.  Hasta entonces aprovechará estas navidades tan peculiares para estar con su familia, sobre todo con su madre, en Granada. ¡Bienvenido, Pablo!

Y otro, del que ya estáis muchos al tanto y que se ha resuelto felizmente, acompañar a nuestra comunidad del Genil en estas circunstancias. Hoy, que ya han vuelto a la vida normal casi todos los de la comunidad, José Antonio y Antonio, que en ningún momento dieron positivos, Faustino y Mario que lo han superado casi asintomáticos, y Mariano que mañana repite su PCR antes de salir del confinamiento, nos felicitamos por los resultados y por sabernos cuidar en medio de este momento. Ya nos hemos acostumbrado, como el resto de la población, a vigilar nuestros comportamientos, las temperaturas, los usos de la higiene, las mascarillas y las dietas… y en muchos casos, a acatar una normativa que nos cuesta, pero sabemos que nos cuida y preserva. Nuestras comunidades saben ya de qué se trata el confinamiento, de algún miembro o de todos, especialmente nuestros hermanos de la comunidad de la residencia Betania en Zaragoza o la de Pamplona-Iruña. Gracias a todos los que os esforzáis en cumplir estas normas y cuidarnos así a todos.

Nuestra preocupación actual, los positivos en la residencia Betania, van evolucionando, aunque aún es pronto para valorar la situación. Desde aquí os enviamos los mejores ánimos y fuerzas. A la comunidad, pero muy especialmente a toda la plantilla de trabajadoras y trabajadores, que son las personas más expuestas, y que estáis demostrando vuestra profesionalidad y dedicación en cada momento. GRACIAS. No hay palabras suficientes para devolveros lo que estáis haciendo.

Os decía que todo esto lo escribo desde Granada. Y en medio de todo, siempre es una suerte estar en Granada. Qué os voy a contar de su belleza … Y mejor, de las bondades de nuestras gentes escolapias … Y estos días con la Sierra Nevada haciendo buen honor a su nombre…

Me resuenan aquellos versos: “… que no hay en la vida nada, como la pena de ser ciego en Granada.” de Francisco de Icaza.

Aunque ya sabemos, hace tiempo y por experiencia, que la belleza de cada sitio, de nuestras presencias escolapias, es mucho más honda y mayor que sus paisajes y sus monumentos… Y porque estos versos no son sólo aplicables a la ceguera y belleza física…

Abrirnos a la belleza en todas sus dimensiones, querer percibir la Luz escondida en cada persona, mantenernos atentos, no cerrar los ojos a las injusticias, saber que todos tenemos momentos personales o institucionales de ceguera, o de zonas ciegas en nuestras actividades, pero sentirnos llamados a vivir y ser luz para las demás personas, y a entremezclar todos los versos con el relato de la mejor de las poesías; “abrir los ojos al ciego…”

Para seguir siendo luz , para reflejarla en nuestras Obras, para no estar ciegos a la realidad, ni dar la espalda a las víctimas de cualquier tipo de injusticia, a las personas que viven en la oscuridad, a no ser nosotros cómplices de las tinieblas ni en sombras… para comprometernos en hacer de este mundo un lugar más habitable, y “ cuidar y transformar  nuestras Presencias escolapias en Lugares donde sea posible que el Tiempo lo vivamos como Historia…” , “en los que garanticemos la seguridad y protección de las personas más débiles…” ( de nuestro Proyecto Provincial de Presencia.)

Un compromiso que es histórico, que viene desde antiguo, y que cada año, cada Adviento, con la ayuda de todas las palabras proféticas de la Biblia, de Juan Bautista, y sobre todo de María de Nazaret, queremos renovar.

También en nuestra presencia de Granada, en la que en este 2020 cumplimos un cifra redonda.  160 años de atención y servicio educativo pastoral a la ciudad de Granada. Son miles de granadinos/as que han pasado por nuestras aulas y una mirada larga, con mucha historia y acontecimientos, que dan sabiduría y nos ofrecen una fidelidad y reconocimiento en la ciudad.

Como sabéis, en Granada nuestra presencia la componen 2 comunidades religiosas, 4 de la fraternidad, las personas en Misión Compartida y todas las personas que con ellos forman la Comunidad Eclesial Calasancia (denominación histórica granadina para la Comunidad Cristiana Escolapia). Desde ella se animan nuestros dos colegios, Escolapios-Genil y Escolapios-Cartuja, y la sede de Itaka-Escolapios con todos sus proyectos. Una rica realidad que se remonta mucho tiempo atrás, construida por muchas personas, con muchos esfuerzos y mucha ilusión, y que continúa muy viva, convocante e inquieta y con una marcada y potente visión de futuro. Como en cada sitio, repasar el cuadernillo de nombres, ver las caras en las fotos, es una manera privilegiada de oración. Poder agradeceros a todas, a todos, vuestras aportaciones, y la mejor, vuestra vida regalada, y pedirle a Dios que siga alentando nuestra vida en fraternidad y nos mantenga unidos. Tendríamos motivos para repasar cada nombre, para citarlos todos. Al menos los que sois novedad este curso; los cinco que estrenáis vuestra pertenencia a la Fraternidad; Marta y Javi, y Ana y David, en la vuelta de vuestros envíos, (David también estrenándose en la coordinación del Mov. Calasanz); Yanisse, ilusión y sonrisa senegalesa, y Carmelo, celebrando aniversarios – el suyo y el de Calasanz, entre los pasillos y chavales de Cartuja…

Algo de historia: Los escolapios llegamos a Granada, llamados por su Ayuntamiento, por la Fundación que nos daría amparo, en 1860. Y han sido infinidad de iniciativas y proyectos para ser testigos del Evangelio en esta tierra del oriente andaluz. Generaciones de Granadinos, de la capital y muchos de pueblos de la provincia, que gracias al colegio y a su internado han llevado la promoción social y la evangelización a muchos rincones de nuestra Andalucía, y más lejanos.

Desde hace 160 años en el corazón de Granada, desde donde se ha irradiado mucha vida alrededor. Hoy también muy asentados ya en Cartuja- Almanjayar; nuestro cole en su 6º curso escolapio, la comunidad presente allí desde hace 15 años, y muchas iniciativas desde aquellos primeros pasos, en los que el “catecumenado Juvenil” de 1982, llevó al compromiso de jóvenes de aquellos grupos comprometidos a impulsar la participación en actividades del barrio. Pasos, junto con las Hijas de la Caridad en aquel momento, (de las que después ya tomamos el relevo de sus pisos en c/Henríquez de Jorquera), con otras personas soñadoras de realidades de Iglesia implicadas en el Distrito Norte de Granada. Desde 1984, que fueron rudimento de la futura asociación “Amigos de Almanjayar y Cartuja”. (reconocimientos médicos cuando no existía aún centro de salud, charlas educativas a familias y clases de apoyo y actividades de ocio… ), y que nos llevó a decidir situar allí la comunidad religiosa y conjunta cuando aún éramos dos realidades que comenzaban a caminar juntas; Andalucía y Vasconia. Esta experiencia y la cercanía de los planteamientos pastorales, la experiencia en Bolivia, el deseo de construir la fraternidad, fueron poniendo los cimientos del actual Emaús…

Algunos datos de nuestra actualidad; el Colegio Escolapios Genil cuenta con 1.300 alumnos/as y en torno a 100 educadores/as y personal que actualizan la propuesta escolapia, y el Colegio Escolapios Cartuja con 308 alumnos/as y 30 educadores/as y personal   (no olvidamos nuestro reconocimiento agradecido a las Apostólicas y todo el claustro que lo pusieron en marcha ya en el año 1973, que están presentes en su Historia , en el testimonio de tiempo largo de dedicación y entrega, como siguen aún en el barrio)

Toda la vida de los dos coles, y lo que desde ellos nos irradian a las escuelas Pías Emaús, la podemos seguir en sus espacios web www.granada.escolapiosemaus.org y,  www.escolapioscartuja.org . Nuria y Lino, Ana Pilar e Isidro, los cuatro en su segundo curso en la dirección de nuestros colegios, e Iñaki desde la coordinación de la sede de Itaka-Escolapios, alientan los equipos de nuestras plataformas de Misión, para vivirlas como Lugares “donde se cuiden los espacios y los tiempos y las personas que nos son encomendadas”, ante el COVID y el resto de las inclemencias sociales y personales.

La alianza firme entre los coles, y la sede de Itaka-Escolapios  anima los proyectos en crecimiento constante; Trastévere llenando las tardes de vida, El Faro, luz compartida con tantas personas que tenemos la suerte de acoger, y especialmente el Movimiento Calasanz,  que con más de 300 chicos y chicas desde Primaria hasta el catecumenado son garantía de que “nuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones”, de Hechos de los Apóstoles cap. 2,  y de nuestro Proyecto Provincial de Presencia.

Un Movimiento Calasanz, que como en todas las presencias, lucha cada año por desplegar toda la potencialidad de sus pilares educativos, de un magnífico Proyecto educativo y evangelizador. Lleno de personas que acompañan este sueño de hacerlo cada vez más auténtico, más fiel a sus objetivos y al propósito escolapio de contribuir al desarrollo integral y pleno de cada persona, de todas las chicas y chicos que se nos encomiendan en la niñez o que lo descubren como opción de vida en las edades juveniles. Y un Mov. Calasanz que ofrece como un fruto más, el reto, Challenge, de un reiniciar +, de un vive + rebosante de promesas…

Al felicitarnos el Adviento, en todas partes, y hoy desde Granada, nos ponemos en camino del que nos invita siempre a “no ser guías ciegos… (Mateo 15,14)” al que nos da la “Luz que viene de lo alto”.

Que nos dejemos iluminar – encenderemos pronto la cuarta vela de Adviento-, para ser también su reflejo.

Jesús Elizari Díaz.

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